Factores culturales:
Subcultura: Dependiendo de cada subcultura, variarán los gustos y preferencias que
los individuos tengan hacia un producto determinado, pues comparten situaciones
comunes en sus vidas; por ejemplo, en el caso de los deportistas, que mantienen
una dieta distinta del resto de personas, evitan los alimentos que contengan
altos grados de grasas o aumenten el colesterol, como la mantequilla.
Clase social: En este aspecto, el mercado de mantequilla se ve afectado por las
distintas clases sociales. Esto se refleja desde la variación del precio hasta
la presentación del producto: depende del poder adquisitivo de cada sector
social. Para las clases sociales bajas, el producto se muestra en
presentaciones pequeñas y a precios mínimos; para las clases sociales
pudientes, dicho producto se caracteriza por una mejor presentación para una
mayor cantidad de personas y a precios regulares.
Factores sociales:
Familia: La familia es un factor muy importante en la psicología del
consumidor, pues es esta la primera en influir sobre las decisiones de compra
que podamos tener. Dependiendo de los hábitos alimenticios que se desarrollen
dentro de la misma, podremos determinar la constancia con la que se consume la
mantequilla. Del mismo modo, la familia recurrirá a comprar la marca
que su familia a consumido por años. Por ello, la familia es un factor a tomar
en cuenta.
Roles y status: Dentro de este factor, se desprende que los roles (familiares,
amicales, etc.) afectan en el comportamiento del consumidor, pues, según se
desempeñen, podrán afectar al mercado de la mantequilla. Por ejemplo, el rol de
madre, comprende velar y satisfacer la necesidad de alimentación para su
familia e hijos; por ello, siempre buscará darles todo lo que pueda adquirir
dentro de los bienes de la canasta básica: entre ellos, la mantequilla.
Factores personales:
Estilo de vida: Dependiendo del estilo de vida que desarrolle cada individuo, afectará
el mercado de la mantequilla; pues, toda persona tiene un régimen o dieta
alimenticia distinta.
Situación económica: Este factor, más que nada, afectará a la cantidad de mantequilla que
pueda consumir cada persona, ya que, depende del poder adquisitivo de cada
consumidor.
Factores psicológicos:
Percepción: Básicamente, este factor nos indica cuál es la percepción que un
consumidor tiene con respecto a un producto. La mantequilla, al igual que otros
productos, posee puntos de vista diferibles. Por un lado, algunos tienen una
percepción positiva de la mantequilla, pues cuenta con ciertos nutrientes y
calorías que el cuerpo necesita. Por otro lado, otros piensan que la
mantequilla es un producto dañino, ya que, aumenta, considerablemente, los
niveles de colesterol en el cuerpo.
Creencias y actitudes: Son pensamientos o paradigmas implantados en cada
individuo o sociedad que afecta la decisión de compra del consumidos. En el
caso de la mantequilla, existe un mito o creencia, la cual es: “Es mejor tomar
margarina que mantequilla, porque está hecha con aceites vegetales, que
previenen la enfermedad cardiovascular y el infarto”. En este caso, la
mantequilla y a margarina se presentan como bienes sustitutos, y debido a esta
creencia, la demanda (consumo) de mantequilla puede ser afectada.